Barcelona ha sido lugar de nacimiento de grandes fiestas que se han ido expandiendo por el mundo progresivamente. Por poner algunos ejemplos podemos hablar de Matinée, que durante 25 años ha recorrido buena parte del planeta tierra; o la más actual, Brunch -In, que ya se ha celebrado en distintas ciudades de España, Portugal y Francia. Pero si hablamos de fiesta y Barcelona nos viene a la cabeza elrow.
Hace ya 12 años que nació el concepto elrow como evento matinal en la sala Row 14 de Viladecans. Poco a poco, la marca ha ido creciendo y expandiéndose hasta el punto de haber llegado a todos los rincones del mundo y de llegar a realizar distintas fiestas en distintos países de manera simultánea. Esto ha hecho que cada vez se celebren menos ediciones de elrow en Catalunya, pero también que sean especiales.
Llevábamos 8 meses sin poder disfrutar de elrow en casa y mucha gente sospechaba que algo pasaba, y así era. El ayuntamiento de Viladecans está poniendo trabas en los permisos del club y habrá que esperar hasta después de las elecciones de 2023 para saber si elrow de toda la vida puede volver a abrir. Así pues, la organización buscó otro recinto en Barcelona donde poder celebrar sus eventos, teniendo en cuenta las magnitudes actuales de las fiestas de elrow, es decir, festivales en grandes ubicaciones.
Así se llegó a la Fira de Barcelona, el único lugar de la ciudad que se adapta a sus necesidades, esquivando los problemas de ruido con los vecinos de El Fòrum. Encontrada la ubicación, la organización se puso en marcha para llevar a cabo el regreso a casa con un evento muy especial, elrow Town Horroween. Era el primer elrow Town que se celebraba en la ciudad condal y el festival de miedo más grande de su historia, y nosotros estuvimos presentes.
El pasado 29 de octubre, llegamos al recinto a las 7 de la tarde, una vez dentro, recargamos la pulsera y compramos algún recuerdo en la zona de merchandising, todo sin colas ni esperas. Hechas las compras, recorrimos los 80.000 m2 de recinto.
Empezamos por el mainstage, una enorme casa con muros medio destruidos y una estructura de madera llena de telarañas y cuadros antiguos, que contenía una mesa de torturas, un pozo o una silla eléctrica, entre otros. La cabina de DJ estaba formada por esculturas de la muerte y la pista estaba debajo de lonas colgadas del techo que simulaban el infierno. En él, disfrutamos, junto a las 18.000 personas que permitía el aforo del escenario, de artistas como George Privatti, que realizó una sesión espectacular como nos tiene acostumbrados, o el holandés Franky Rizardo, que se puso a todo el público en el bolsillo desde el minuto uno.
A partir de las 22:30 la inmensa pista se llenó para bailar con Paul Kalkbrenner y Luciano, dos auténticas leyendas que no defraudaron e hicieron las delicias de los asistentes. Seguidamente, llegó nuestra actuación preferida del mainstage, y es que la alemana Tini Gessler demostró porque forma parte de la familia de elrow y supo qué tema poner en cada momento. El cierre, como no, fue a cargo de Andrés Campo, sin duda un experto que hizo que sus dos horas de sesión se quedasen cortas. Siempre vas con expectativas altas a ver a Andrés, y siempre las supera.
Vamos ahora al escenario Industry City. Este formato se estrenó en Florida 135 (a la cual va a volver el próximo 3 de diciembre para celebrar el 80 aniversario de la sala) y se consolidó en Monegros como uno de los mejores escenarios. En esta ocasión, volvió el escenario que ya vimos en el desierto de la cabeza de demonio y pasó lo mismo. Fue un auténtico acierto darle un escenario a Industry City, muchos de los comentarios que se escuchaban en el festival y que se pueden leer en redes lo corroboran. Nuestros favoritos en este escenario fueron, Kobosil y Boston168, sus actuaciones impecables y la entrega de las 7.000 personas del público crearon un ambiente único. La contundencia y el fuego reinaron en sus sets y en los del resto de artistas como el del argentino Flug, la alemana Elli Acula, el italiano Luca Agnelli o de Sam Paganini, que se encargó de cerrar el escenario como él sabe. Finalmente llegamos más tarde de lo esperado y no pudimos estar en el set de Bárbara Lago, del que teníamos muchas ganas al ser la primera vez que coincidíamos. ¡Tocará esperar a otra ocasión para poder quitarnos la espinita!
Aparte de estos dos escenarios también pudimos bailar en la Carni Se Lia, una carnicería macabra con cuchillos colgando del techo, neveras con carne de dudosa procedencia y las actuaciones de 4 Pleasure, Iuls, Baum, Ángel Sani, Ion Pananides y Alex. También en La Lo-Cura, un manicomio que depende de la hora en la que entrases tenían terapias distintas preparadas para ti. Para acceder a ella, era necesario ponerte una bata de hospital y entrar por un túnel oscuro a gatas hasta llegar a una sala dónde podías acabar saltando por los aires con una silla de ruedas o encima de una camilla tomando jarabes al ritmo de los DJs Meets Youtuno y Milù. Finalmente, también estuvimos en el Rincón de las Torturows, un espacio donde bailar con Don Hueso & Djeep y Dj Grounchoo rodeado de máquinas de tortura, jaulas o sillas eléctricas.
Todo ello, por supuesto, amenizado por un amplísimo equipo de animación que daba vida a personajes como bebés demonio, zombies ancianos, personas con traje anti radiación, elaboradores de pociones, gigantes y zancudos o la misma Rowgelia que, combinado con la espectacular decoración y presencia de otras actividades como el túnel del terror o los shows de fuego en el Industry City, hacían del evento una experiencia inmersiva como nos tiene acostumbrados elrow.
Nuestra experiencia fue muy buena, y estamos seguros de que este primer contacto con La Fira de Barcelona servirá para mejorar ciertos puntos de cara a próximas ediciones, como podría ser el aforo, el cual creemos que podría rebajarse un poco o ampliar el espacio para que no se repitan las aglomeraciones que ocurrieron en la zona exterior de chill out y de foodtrucks, donde se juntaba la gente que quería cenar o descansar, el público del Industry City y las colas para entrar en los escenarios secretos, unas colas que tanto para comprar la cena, comprar bebidas en las barras o entrar en los escenarios secretos no fueron para nada largas. También escuchamos a mucha gente hablando sobre aglomeraciones en la entrada, pero como hemos dicho, nosotros entramos a las 19h sin problema y desconocemos las situaciones posteriores.
Deseamos que Barcelona no vuelva a tener un tiempo tan largo de espera sin eventos de la marca y que este sea el principio de una gran época de elrow en la ciudad condal, por lo que también vemos necesario que se pueda volver a abrir elrow Viladecans, pero todos sabemos lo difícil que ponen las cosas las instituciones al ocio nocturno.