Lexlay es uno de los DJs más carismáticos y reconocidos de Barcelona. Sus fiestas Happy Techno son sinónimo de buen rollo, color y buena música, cosa que lo ha llevado a rodar por todo el mundo. Ahora celebra 20 años de carrera, y lo hace con un álbum que ayuda a entender su recorrido profesional.
Además, su sello creado hace 12 años, Happy Techno Music, ha lanzado temas de más de 300 artistas, siempre con un estilo propio y dentro del Tech House, House y Groovy Techno. Hoy, hablamos sobre todo ello y mucho más en 5 Preguntas (+5) con Lexlay.
¿Cómo describirías la evolución de tu sonido desde tus inicios hasta tus lanzamientos más recientes?
Ha sido un proceso bastante orgánico. Al principio todo era más intuitivo, buscando siempre hacer bailar y transmitir buena energía. Con el tiempo he ido afinando el oído, entendiendo mejor qué quiero decir con mi música y cómo hacerlo sonar más redondo. El álbum "20 Years of Music" resume bastante bien esa evolución: sigue teniendo esa chispa fiestera que me ha acompañado siempre, pero también refleja una etapa más madura, con sonidos más cuidados y mensajes más personales.
¿Qué papel ha jugado tu sello Happy Techno Music en tu desarrollo como artista y en la escena electrónica global?
Happy Techno ha sido una escuela constante. Me ha dado la oportunidad de crecer no solo como artista, sino también como persona, conociendo a muchísimos productores, promotores y personas relacionadas con la música de todo el mundo. Creo que el sello ha ayudado a abrir puertas a muchos talentos y a conectar escenas. Personalmente, me ha enseñado a tener una visión más amplia y a valorar lo que hay detrás de cada track, cada lanzamiento, cada evento.
¿Cuál ha sido el desafío más significativo al que te has enfrentado al llevar tu música a audiencias internacionales?
Quizás el mayor reto ha sido mantener una identidad propia mientras te adaptas a públicos muy distintos. No es lo mismo tocar en Brasil que en Alemania o Tailandia, y al principio cuesta encontrar ese equilibrio entre conectar con la gente y seguir siendo tú. Pero una vez lo consigues, es una pasada ver cómo tu música puede funcionar en tantos contextos diferentes.
¿Cómo equilibras tu tiempo entre la producción musical, las giras internacionales y la gestión de tu sello discográfico?
No te voy a mentir: no es fácil. Hay temporadas que son una locura y otras en las que puedo dedicar más tiempo al estudio o al sello. Lo importante es rodearse de un buen equipo, confiar en ellos y saber cuándo parar para recargar pilas. También he aprendido a priorizar lo que realmente me motiva y me hace sentir bien.
¿Qué consejos le darías a los DJs emergentes que buscan establecer una identidad propia en la industria?
Que no tengan prisa. Hoy parece que todo tiene que ser inmediato, pero construir un sonido propio lleva tiempo, pruebas, errores y mucha escucha. También les diría que no intenten gustar a todo el mundo: cuando haces algo desde la autenticidad, se nota, y al final conectas con la gente adecuada.
En tus giras por Sudamérica, ¿has notado diferencias culturales que influyen en cómo el público recibe tu música?
Totalmente. Sudamérica tiene una energía muy especial, muy pasional. El público vive la música con todo el cuerpo, con el alma. Cada país tiene su manera, pero en general hay una conexión muy fuerte y una entrega brutal. Me siento muy cómodo ahí, como en casa.
¿Cómo crees que la música electrónica puede servir como puente entre diferentes culturas y comunidades?
La música electrónica, al ser tan universal y sin letra muchas veces, rompe barreras de idioma y contexto. Puedes estar en un club en Tokio o en Medellín y sentir la misma vibra con gente completamente diferente. Es una herramienta muy potente para unir, para celebrar lo que tenemos en común y en definitiva, ¡celebrar la vida!
¿Has participado en iniciativas que utilicen la música electrónica como herramienta para el cambio social o comunitario?
Sí, he colaborado con eventos solidarios y proyectos culturales que intentan dar visibilidad a causas importantes. No siempre lo comparto públicamente, pero creo que es importante usar el alcance que tenemos como artistas para aportar algo positivo cuando se puede.
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¿Qué impacto crees que tiene la globalización en la autenticidad y diversidad de la música electrónica?
Tiene sus pros y sus contras. Por un lado, es increíble que puedas descubrir artistas de cualquier parte del mundo con un solo clic. Pero también existe el riesgo de que todo se homogeneice un poco. Por eso es importante apoyar las escenas locales, los sonidos distintos, y no tener miedo a salirse un poco de la tendencia.
¿Cómo ves el papel de las redes sociales, como Instagram, en la construcción de comunidades alrededor de la música electrónica?
Hoy en día son fundamentales, te permiten estar en contacto directo con la gente que te sigue, mostrar tu lado más personal y compartir lo que haces de forma más inmediata. Pero también hay que saber gestionarlo, no dejar que te consuma. Al final, lo importante sigue siendo la música y la conexión real que generas con ella.
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