Si bien no es tratada como en otros países, en España tenemos la suerte de tener una gran escena electrónica que ofrece actuaciones de calidad cada fin de semana en muchos puntos de nuestra geografía. Aunque muchas veces tendemos a mirar a fuera de nuestras fronteras, y de alguna manera desprestigiar todo lo que se ha conseguido con años de esfuerzo, nadie puede negar que aquí se encuentran eventos y localizaciones únicas que son referentes en todo el mundo.
Un ejemplo de ello es Ibiza y toda su historia, pero hoy os queremos hablar del festival de electrónica más extremo del viejo continente, Monegros Desert Festival. Un icono para varias generaciones de amantes de la electrónica que no tiene nada que ver con ningún otro festival.
El pasado 27 de julio nos volvimos a desplazar hasta el desierto de los Monegros, en la comunidad autónoma de Aragón, para vivir, por tercer año consecutivo en el caso de nuestro medio, las 22 horas ininterrumpidas que el festival ofrece a ritmo de Techno y otros estilos. Aquí, en medio de la nada, más de 50.000 personas de 90 países distintos se juntaron de nuevo para habitar una ciudad efímera que estuvo hasta 8 años sin levantarse.
Este año se trataba del aniversario número 31 del evento y de la tercera edición tras su regreso en 2022, convirtiéndose en la edición con más escenarios y artistas de su historia, un total de 12 y más de 150 respectivamente.
El día amanecía complicado meteorológicamente hablando, con un calor que nos atreveríamos a decir que era incluso más intenso que otros años, además de un aire que levantaba nubes de polvo durante las primeras horas de festival y que hacía más importante que nunca el llevar pañuelo y gafas de sol. Cuando adquieres tu entrada para Monegros sabes perfectamente a donde vas, y en el desierto esto es lo más normal del mundo.
Este 2024, nuestra experiencia fue excelente y estuvo a la altura del año pasado. Nos encontramos con un recinto ampliado, aunque, no sabemos si era sensación nuestra, parecía que había más afluencia de gente. Nada más entrar, nos dirigimos hacia una carpa de merchandising que este año volvía al formato sin carriles delimitados por vallas y que demostró que la implementación de la compra desde casa había funcionado, pues nosotros estuvimos menos de 10 minutos en la cola. La recogida del merch comprado online se hacía en la zona del Pajar.
Otro punto que se debe visitar desde el inicio es el water point para rellenar las botellas de agua, que este año presentaba un nuevo formato con distintas carpas. Hemos leído críticas de que había mucha cola, pero nuestra experiencia es que sí, podía parecer a simple vista que había mucha, pero era rápida y todas las veces que rellenamos nuestra botella tardamos unos 10 minutos, no más.
En las barras encontramos de todo en cualquier momento, solo a partir de las 8-9 de la mañana empezamos a echar en falta algunas bebidas, pero si ibas, literalmente, a la barra de al lado, ya las encontrabas.
Vamos ahora con dos puntos que creemos que hay que mejorar, aunque nosotros no nos vimos involucrados en ninguno de ellos. El primero se trata de la salida gratuita a las 4 de la mañana, la cual se realizó de manera muy lenta para poder asegurar, con cacheos, que no salían personas que se dedicaban a robar teléfonos a los asistentes. Los monegrinos que esperaban para descansar en el parking se pensaban que no abrían la salida y se creó una situación un poco tensa. Al darse cuenta de que no era práctico, la organización decidió dejar salir a todo el mundo. Por lo tanto, no es que se retrasara la hora de salir, sino que, al inicio, fue una salida lenta. A nuestro parecer, de cara al próximo año, habría que repensarse una forma para salir más rápido sin renunciar a los cacheos antirrobo.
El segundo, es el guardarropa. Según los organizadores, este año más del doble de asistentes que otros años decidieron usarlo, y esto provocó un colapso que significó largas colas y monegrinos que no pudieron recoger sus pertenencias al tener que irse por no llegar a tiempo a su autobús de vuelta. Aprovechamos este punto para deciros que si os encontráis en esta situación, podéis mandar un correo a lostandfound@monegrosfestival.com o llamar al (+34)687320209 para solucionarlo. Estamos seguros de que Monegros ya está manos a la obra para que esto no vuelva a pasar en próximas ediciones. Si algo nos quedó claro el año pasado, es que leen las críticas constructivas y les hacen caso.
Empezamos con lo que nos interesa de verdad, el apartado musical, que nos regaló momentos tan especiales como un amanecer con Charlotte de Witte, Héctor Oaks, Sara Landry, James Hype, 999999999, Funk Assault o Seth Troxler en un b2b con Dj Tennis, todos a la vez. El ver a semejante colección de artistas en todos los stages, nos llevó a tomar la decisión de dividirnos, ir rotando y disfrutar de fragmentos de las sesiones de todos los DJs que pudiéramos, y porque no, descubrir algo nuevo también. Vamos por partes.
Iniciamos nuestro día en el Techno Cathedral con el opening de un Andrés Campo que sacó la artillería pesada desde el principio, con un set a vinilo lleno de clásicos. Aquí, este año se cambió el sistema de aspersores del techo para que se formara menos barro, y aunque al principio parecía que el barro se iba a formar igual, finalmente no vimos tanto como otros años. Después del oscense, seguimos disfrutando de calidad con el madrileño Regal y su esencia única. A finales de la tarde, tocaba un momento señalado en rojo, el set de Ben Sims y Truncate con su formación Assailants, sonido puro y auténtico, aunque en esta actuación se nos quedó el volumen algo bajo.
Tras Assailants llegó la locura con Indira Paganotto. La canaria fue una de las que hizo mover más a los monegrinos de la catedral. Nosotros volvimos al escenario a la hora de Ki/Ki siguiendo esta línea más gamberra de la segunda mitad del line up. Ya con luz de día, nos pasamos a bailar un buen rato con Héctor Oaks, que realizó uno de los mejores sets del festival con momentazos que se han viralizado en redes como el de La Línea de la Vida. Para cerrar este stage, no podíamos faltar a nuestra cita con Fatima Hajji, que volvió a demostrar porque es la reina del Techno en nuestro país. Otros nombres que pasaron por el escenario fueron el residente de Eerste Communie Marron, Ben Klock, Astrix, SPFDJ en un b2b con Salome y Kobosil.
Con estos artistas podrías pensar que el Techno Cathedral es el escenario principal del festival, pero no. El mainstage es el Soundsystem Temple, que este año ha estrenado una gran ampliación de su fachada que, honestamente, nosotros pensábamos que no le íbamos a notar tanta diferencia, impresiona y mucho. Estamos hablando de tal extensión del escenario que incluye a la izquierda la entrada al área VIP del Artist Village y a la derecha la salida de emergencia, todo integrado en la fachada.
Nuestra primera visita al main fue ya al atardecer con la banda francesa L'Entourloop, que presentó su live con una pista que poco a poco se iba llenando. Aquí volveríamos ya entrada la noche para ver a dos pesos pesados del Drum & Bass británico, Andy C y el Live con la banda al completo de Chase & Status, con una puesta en escena espectacular y, como no, su hit Baddadan, que recientemente ha cumplido un año. Ambos fueron de lo mejor de esta edición. Sin tiempo para nada más era el turno de otro cabeza de cartel difícil de ver en nuestro país, Brutalismus 3000, que realizó un show que quizás no estuvo a la altura que nosotros esperábamos, pero que desprendía la esencia que los hace únicos.
Cuando quedaba poco para que empezara a salir el sol, Klangkuenstler se adueñó del stage, desatando la locura del público soltando bomba tras bomba sin descanso. Con más de 15 horas de festival ya a las espaldas, su sesión supuso un plus de energía brutal. Seguidamente, con un giro más que destacable, aparecía en el escenario la jefa de Kntxt Charlotte De Witte, con la contundencia perfecta y empezando a dirigir el estilo para lo que venía a continuación, de nuevo Andrés Campo 18 horas después de realizar el opening en la catedral, con un set muy distinto que acabó con la familia Arnau en el escenario y Juan Arnau padre lanzando agua al público con una manguera. Eran las 10 de la mañana y ya solo quedaba el closing con el resto de escenarios ya cerrados. Joseph Capriati prometió un set para recordar, y en nuestra opinión, cumplió, y esto cuando aún recordábamos su sesión de 2023. Cerramos Monegros 2024 con un set que empezó 100% Techno y fue evolucionando con toques de tendencias actuales. También pasaron por el main K1ZA, Sofia Gabanna, Hard GZ, Natos y Waor o el francés Vitalic, que este año nos dolió mucho perdernos.
Junto a estos dos primeros escenarios estaba el Industry City, el cual ganó un 40% de pista sustituyendo el Half Pipe del medio por un chill out. Esta ampliación de la zona de baile se notó encontrando menos colas durante el día. Nada más entrar, a la izquierda nos encontramos, como siempre, el main de este stage. Aquí disfrutamos con el mejor Drum & Bass desde muy pronto. El encargado de abrirlo fue el jefe de Rampage Murdock, con unos pocos valientes desafiando el sol a las 4 de la tarde. Poco más de una hora después, cogieron el relevo los sevillanos Dub Elements, fijos de Monegros con los que gozamos como siempre. Finalmente, nuestra experiencia en este escenario acabó con un Culture Shock que celebra 20 años de carrera en uno de sus mejores momentos.
Si en lugar de irnos a la izquierda lo hacíamos hacia la derecha, el escenario que nos encontrábamos era el Kierewiet con su ya icónica cabeza de "demonio", el cual visitamos en momentos puntuales del día. El primero de ellos fue en los últimos minutos de la sesión de Fran The Breakstorm y los primeros de Jaume Pandemia, ambos nos dejaron con un muy buen sabor de boca. Después de ellos, el desierto nos absorbió por completo y no volvimos a pasarnos hasta casi el amanecer, con Suburbass, que realizó un set de calidad con toques ácidos en el rato que estuvimos.
Aparte de todos los artistas mencionados, durante las 22 horas también actuaron Djoy, Darkbeca, Dynamo City (una pena no poderlos ver), Flkn, Silence, El Desperado, Ling Ling y Farfacid en el Kierewiet; y Fox Stevenson, Pushmann en un b2b con Paula Cazenave, Shdw, Fadi Mohem, Stranger, Marron, Fredy K, Funk Assault y Otta en el otro escenario.
Siguiendo el recorrido de punta a punta del recinto, toca hablar de una de esas experiencias únicas que ofrece Monegros, bailar en un avión. Rebautizado como High Club, este escenario se trata de un avión real (un Airbus A330) con un line up secreto que solo puedes conocer si estás dentro de él. Debido a su reducida capacidad, se forman largas colas para acceder y nosotros solo tuvimos tiempo de pasar una vez por él. En aquel momento actuaba Andrés Campo con su alias Kuki, recordando los inicios de su carrera en salas míticas como Coliseum. Este momento se está convirtiendo ya en un clásico del festival y por fin pudimos estar en el momento exacto. Como el mismo Andrés dijo en redes, el High Club se convirtió por un rato en Alma Bakala Airlines. Otros artistas que pilotaron el stage fueron Dexphase, Marc Maya, Cloudy, Oto, Regal, Alvva o Clara Cuvé.
A la derecha del avión se encuentra el lugar que dejó libre la carpa del The Moon, ocupado este año por la gran novedad de la edición, la colaboración con Awakenings, que aterrizaba por primera vez en nuestro país. Una cúpula enorme que simulaba el mítico Gashouder se estrenaba en el desierto con una estructura que de noche se iluminaba y en la que no faltaba la bola de discoteca central. Nosotros teníamos la ilusión de ver algo de pirotecnia y fuego como en el icónico festival, pero, por lo menos en los momentos en los que estuvimos, no hubo. A pesar de esto, quedamos muy satisfechos con esta nueva incorporación, tener una marca como Awakenings en el festival es un verdadero privilegio.
Aquí pudimos ver momentos de casi la totalidad de los integrantes de su line up, empezando por los siempre interesantes Abstract Division y llegando hasta los italianos 999999999 al amanecer, pasando por la contundencia de Alignment, el buen rollo que siempre desprende Patrick Mason (el cual empezó su set más tarde porque un individuo se subió a la estructura del escenario, tal y como también pasó en el techo de El Corral y el bar del lado del Open Air), o la gran selección de talento femenino con Adiel, Anfisa Latyago, Daria Kolosova, Estella Boersma o una Cera Khin que cerró el stage con su madre y hermana dándolo todo en cabina.
También pasaron por el escenario el dúo belga Joyhauser, y quien no lo hizo fue el dueño de Drumcode Adam Beyer. Aunque parezca una broma, fue el llamado Mr. Awakenings el único artista que no pudo estar presente en el Gashouder por problemas logísticos que no le permitían llegar.
Vamos ahora a donde empezó todo, El Corral y El Pajar. Cuando entras en estos minúsculos escenarios notas un ambiente totalmente único. Un buen rollo que es distinto al que sientes en el resto de espacios y que se mantiene incluso con la contundencia del Drum & Bass y el Breakbeat de El Pajar, donde no nos pudimos estar de visitar el set de Tortu y su increíble energía. Más de 20 artistas actuaron aquí: DJ Elemento, José Rodríguez, Oto, Loop Stepwalker, Luca Syn o Shaolin Dubz son algunos de ellos.
En cambio, en El Corral, ese buen rollo se mezclaba con la elegancia y el House como grandes protagonistas. Poco antes de anochecer, disfrutamos un buen rato con Kirollus, y temazos como el Feelin' Love de Soulsearcher, y seguidamente, del b2b entre Demi Riquisimo y Lulah Francs. Unas cuantas horas después, volvimos para ver a la siempre acertada tINI. Como cada año, el escenario lo abrieron Baum y Alex Pott en un b2b con Ion Pananides, los cuales ya están como en su casa. Con todo el dolor del mundo, entre otros artistas, no pudimos ver a Traumer ni el b2b entre Seth Troxler y DJ Tennis. Cuando hay tanto para ver, no se puede estar en todos lados.
Sin dejar los orígenes del festival, nos trasladamos hasta el Open Air, que después de la renovación del año pasado, y manteniendo su brutal videomapping, volvía a introducir algunos cambios para que los artistas estuvieran un poco más cerca del público. Unos cambios que aprobamos al 100%, ya que en 2023 había momentos en que casi no se veía al DJ. Tras la eliminación de la carpa The Moon por quedarse pequeña con BlackWorks el pasado año, la marca se mudó esta edición hasta el Open Air, y la verdad es que, aunque la experiencia fue mejor, creemos que el espacio volvió a quedarse pequeño. No sabemos como solucionar esto, pero si BlackWorks vuelve en 2025 con el éxito que tiene actualmente, habría que pensar como darles una zona más amplia.
Al ser un escenario que viene de camino al moverse de un stage a otro, nosotros pudimos ver diferentes momentos de casi todos los artistas que actuaban en él. Cloudy, Pawlowski, Skryption, Dion, CLTX, Dexphase, Shlomo y Sara Landry desataron la locura tal y como se esperaba. Solo quedamos un poco decepcionados con I Hate Models, el cual en su sesión del Mainstage en 2023 nos gustó mucho más. El cierre de Nico Moreno y Dyen merece una mención aparte. Menuda explosión de energía preparándonos para la recta final. Un acierto total. Clara Cuvé, Charlie Sparks y Reinier Zonneveld también tuvieron su momento en cabina.
Desde la pista del Open Air se veía perfectamente la entrada de la nueva zona llamada La Pinada. Un oasis con sombra natural de pinos que albergó el género que se estrenaba este año, el PsyTrance. Personalmente, nos encantó, se trata de un espacio totalmente distinto al resto del festival. Contaba con un terreno un poco irregular que para algunos supuso algún problema, ya que vimos a más de uno caer de culo, pero ofrecía varias opciones para relajarte y descansar un poco. El Psy siempre es sinónimo de buen rollo, y allí podías ver a gente bailando y otros tumbados o simplemente relajándose rodeados de naturaleza.
Para entrar nos encontramos con una cola rápida que cruzaba un camino habilitado para vehículos, el cual hacía que tuviera que haber unos encargados de poner y quitar barreras de seguridad cada vez que pasaba uno. Un hecho bastante curioso, pero que no resultó para nada molesto o inseguro en ningún momento. El escenario era espectacular tanto de día como de noche con el videomapping. Hay que felicitar aquí a los miembros de las marcas Own Spirit y Our Minds, esperamos que este proyecto tenga continuidad en las próximas ediciones de Monegros. Musicalmente hablando, nosotros entramos dos veces, una al inicio con Abra, y otra hacia el final en el b2b entre Iamai (el aka de Marc Maya) y Psygroo, pero también actuaron otros artistas como Emok, Marycroft, Psydewise, Toxic o Smoking Chakras, en un b2b con el aka de Raúl Mezcolanza Atbloom, entre otros.
Dejamos para el final el escenario de elrow llamado Rowsmic Carnival, que se estrenó este mismo año en Madrid y que nosotros todavía no habíamos tenido la oportunidad de ver en persona. En nuestra opinión es una de las creaciones más impresionantes de la marca, con un videomapping que lo transforma y la incorporación de elementos que no solemos ver en elrow, como el fuego. Además, nosotros tuvimos la suerte de poder subir al escenario, viendo actuar a los artistas a pocos metros y obteniendo unas vistas del desierto fascinantes.
Aprovechando que nadie conoce más elrow que ellos, Marc Maya y De La Swing empezaron a calentar la pista para que después llegara el francés Hugel y sus toques latinos que no nos acaban de convencer. Mientras, nos enterábamos de que Eats Everything, un fijo en las últimas ediciones de Monegros, no podría llegar a causa de unos problemas en el aeropuerto, una lástima. La siguiente artista fue Chelina Manuhutu, la cual realizó, junto a la de Seth Troxler, una de las sesiones que más nos gustó este año. Horas después volvimos para la recta final, disfrutamos de un Ilario Alicante más que correcto y dos grandes estrenos en el desierto, Mau P y el que esperábamos con más ganas, James Hype. Siempre apetece ver una técnica como la del británico en directo, aunque, para nosotros, quizás realizó un set más tranquilo de lo esperado. Este año nos perdimos a Paco Osuna, el año que viene no falla.
No podemos acabar esta crónica sin mencionar a Greenlight SoundSystem, que ofrecía una amplia gama de estilos (para que os lo imaginéis, cuando lo visitamos estaba sonando Cumbia) con artistas como Morgana, Alvva, Jael, Oto o Mantis Powa. Estos espacios también hacen más especial a Monegros.
Queremos aprovechar este espacio para dar las condolencias a la familia y los amigos del asistente que falleció en el parking el sábado por la tarde. Descanse en paz.